Finaliza el III Bartimeo Torrent
En estos días, Dios ha tocado mi corazón de formas que nunca antes había experimentado. Me ha hablado en el silencio, en la oración, en las miradas de quienes me rodean y en cada palabra. Ha sido un encuentro profundo, sanador y transformador.
Me he dado cuenta de cuánto necesito de Él, de cómo muchas veces he caminado con los ojos cerrados, sin darme cuenta de que Él siempre ha estado a mi lado. Bartimeo grita: “Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí”, y yo también lo grite. Porque sí, a veces la vida nos ciega, nos llena de ruido, nos hace perder el rumbo… pero el amor de Dios siempre está ahí, esperando a que volvamos a Él.
Este retiro me ha ayudado a confíar y a confiar en que Dios tiene un propósito para mi. Me ha recordado que no estoy solo, que Su amor es real y que Él me llama a seguirlo con todo mi corazón.
Doy gracias por los momentos compartidos con los servidores que tanto me han ayudado no solo durante los retiros, sino desde que nos conocemos, ya que como no, los servidores estamos para ello, para servir a los demás en cualquier momento.
También quería dar las gracias a los caminantes por confiar en nosotros desde el primer momento. Me llena de gozo ver la evolución de todos ellos. En cada uno de ellos he podido ver cómo el Señor les ha hecho cambiar, ya que han recuperado la vista y Él ha podido entrar en todos los corazones.
Estoy agradecido con el Señor por cada momento vivido, por las personas que Dios puso en mi camino y por todo lo que viene. Sé que este es solo el comienzo de algo mucho más grande,
Gloria a Dios