Campamento Juveniles 2022, «La vida en Cristo»

Este año el Movimiento de Juveniles La Asunción volvió a salir de la Comunidad Valenciana por primera vez después de la pandemia y lo hizo a lo grande, nada más y nada menos que a las inmediaciones del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en el Pirineo aragonés.

Un equipo formado por más de 25 educadores, 176 chavales, y 11 personas entre cocina, intendencia, sacerdote y jefe de campamento, disfrutó de 10 días en un entorno privilegiado. Del 13 al 22 de julio Juveniles La Asunción dejó su huella allá por donde fue, bajo el tema «La vida en Cristo», acercando el camino a la santidad a los más jóvenes a través de las virtudes con los ejemplos de vida de varios santos.

El campamento comenzó en plena ola de calor que también afectó al norte de España. A diferencia del último campamento en el pirineo oscense, esta vez Juveniles comenzó el campamento en Morillo de Tou, un pueblo abandonado recuperado en los años 80 y convertido en un centro vacacional donde todos disfrutamos de unos días que no sólo recordaremos por el calor, sino por nuestros días de campamento «en el pueblo». Entre piscinas, eucaristía en medio del pantano y marcha a la villa medieval de Aínsa, pudimos profundizar sobre la prudencia, la justicia y la fortaleza a través de las vidas de Santa Teresa de Jesús, Santa Teresa de Calcuta y San Fermín respectivamente.

El quinto día bien pronto después de la estrellada por grupos, marchamos en autobús hacia el Puente de los Navarros en Torla, a las puertas del Parque Nacional donde nos esperaba la segunda marcha del campamento hacia Bujaruelo. En un entorno idílico, además de poder bañarnos en un río congelado bajo el puente románico casi rozando Francia, descubrimos la templanza a través de la vida de San Agustín.

Los siguientes días que pasamos en el Camping Río Ara de Torla también serán recordados siempre, no sólo por los chavales y por el comportamiento ejemplar que tanto les repetimos y que cumplieron con creces, sino por los educadores y el resto del equipo. Fue muy emocionante recibir tantos agradecimientos por parte de la gestión del camping y por otros campistas por el comportamiento del grupo, a los chavales se lo transmitimos en su momento y estos agradecimientos son también para las familias, GRACIAS!!

En Torla profundizamos sobre la fe a través de San Juan Pablo II, mientras que en la Pradera de Ordesa, después de una marcha inolvidable a la Cola de Caballo (algunos por el sendero tradicional y otros por la Senda de los Cazadores, con zapatillas urbanas y con el visto bueno del Gobierno de Aragón), el ejemplo de vida de Carlo Acutis fue perfecto para profundizar en la virtud de la esperanza.

Y para acabar nuestro campamento, la villa de Broto fue nuestro último destino. En el polideportivo municipal pasamos nuestras últimas dos noches y además de trabajar la caridad en las vidas de San Francisco y Santa Clara, terminamos con la presencia de todos los santos, pues todos nosotros estamos llamados a la santidad, a vivir esa vida en Cristo que anunciamos en este campamento.

En definitiva, ha sido un campamento muy duro y complicado de preparar por el gran número que mueve Juveniles La Asunción y las dificultades que supone a la hora de encontrar lugares, y más en el primer verano post pandemia con todo prácticamente ocupado. Pero a la vez, ha sido muy gratificante ver la satisfacción de los educadores, de los niños disfrutar como nunca en Pirineos y de las familias al volver del campamento. Sin duda, una de las experiencias de nuestras vidas.

Estamos seguro que lo más importante, que conocieran esta vida en Cristo y que sigan este camino a la santidad, les habrá marcado y cada vez que oigan o vean «Ordesa» o «Pirineos» recordarán este campamento y la huella que les dejó Juveniles La Asunción.