Publicado el 25 junio 2018 | por Arturo García
Envío de jóvenes en misión y despedida a D. Jorge
Diez jóvenes de nuestra parroquia, que irán este verano en misión a Tanzania, Kenia y Filipinas, fueron enviados en la eucaristía del domingo 24, festividad de San Juan Bautista. Estos jóvenes, que han estado preparándose para realizar esta misión durante todo el curso, han decidido pasar una buena parte de sus vacaciones de verano en regiones del tercer mundo, donde llevarán la Palabra de Dios a sus gentes.
Al principio de la celebración, la parroquia quiso tener un detalle con D. Jorge, que se despedía de la comunidad parroquial al ser requerido por el arzobispo para ir destinado a Quart de Poblet, y dos jóvenes, en nombre de todos, le hicieron entrega de un cáliz y una cruz, reflejos de la entrega y del servicio al que todo sacerdote está llamado por su ministerio. En la eucaristía, D. Jorge se refirió al acontecimiento que se vivía como un «momento de alegría para la Iglesia» y pidió a los jóvenes que se fijen en Juan el Bautista porque no se identificó a él como «el líder, sino que señaló a los judíos a quién debían seguir para ayudar a todos a que se encuentren con Jesús».
Al finalizar la celebración de la eucaristía, los jóvenes que iban a ser enviados se dirigieron al altar para recibir la bendición de los sacerdotes. Además, en este momento el párroco de nuestra comunidad, D. Juan José, presentó al grupo recientemente constituido de Misión, que ha asumido, desde el pasado mes de octubre, la reconstrucción de una capilla derruida en Manta tras el terremoto que asoló Ecuador. Esta reconstrucción se ha realizado a través de la Delegación diocesana de misiones y del misionero valenciano Ramón Peris. Para realizar esta acción, el grupo de Misión ha estado realizando diferentes acciones y campañas para poder costear la instalación eléctrica, que ascendía a 6.000 € y en los que ha colaborado toda la feligresía.
Del mismo modo, los jefes de los diferentes campamentos que desde hoy comienzan, fueron también enviados con un sencillo gesto: regalarles un silbato, como signo de la labor que durante estos días la comunidad les ha encomendado.
Una vez terminó la misa, D. Jorge quiso dedicar unas palabras de agradecimiento a toda la comunidad parroquial por el cariño recibido por la gente, deseando, especialmente a los jóvenes, que se fíen siempre del Señor.