Publicado el 10 junio 2024 | por Jordi Cerdà
Un año de familia y en familia
El pasado sábado 8 de junio celebrábamos el fin de curso de las tareas pastorales de la parroquia.
Este curso los miembros de la Pastoral familiar de la parroquia se han reunido trimestralmente para organizar las actividades y celebraciones del curso. Como novedad, este año se ha buscado visitar a todos los equipos y matrimonios de la parroquia para explicar quién la compone, que se espera de las familias, y para hacer saber de nuevo a todos los feligreses que La Asunción es su segunda casa. Se quiso recoger sus aportaciones, ideas, preocupaciones a través de un cuestionario desde el cual se está trabajando para la mejora y la programación del próximo curso.
Las familias de La Asunción hemos vivido grandes momentos de reflexión, formación y trabajo en grupo. Arrancamos con la charla “El secreto de los matrimonios que comen perdices” impartida por Lourdes Álvarez. A través de la alegría y buen humor de la ponente, nos dejó las claves para renovarnos y disfrutar del sacramento de nuestro matrimonio. La charla “Fertilidad: don y responsabilidad” impartida por Ana Belén Berrocal Gil abrió nuevas miras a los jóvenes novios y matrimonios, así como sentido de la sexualidad a los matrimonios más veteranos. Por otro lado, se ofrecieron dos charlas muy interesantes a las familias de juniors, catecismo y juveniles. Los títulos fueron: “Libertad y autoridad” y “Sentirse queridos en casa, cinco ideas para desarrollar una autoestima sana en nuestros hijos”. Las charlas están siendo un motivo de reunión y aprendizaje muy importante para los cónyuges. También, un tiempo donde compartir con otros matrimonios la riqueza de la familia, la búsqueda del bien para el hogar y tantas alegrías y crecimientos de los hijos. Muchos matrimonios se han acercado a agradecer y felicitar a los ponentes por haber venido a la parroquia ¡Cada esfuerzo vale la pena! nuestra familia es lo que realmente importa. Vale la pena apostarlo todo.
También, disfrutamos de dos retiros impartidos por don Jesús Corbí, nuestro párroco, dónde pudimos prepararnos para los tiempos litúrgicos que íbamos a vivir: Adviento y Cuaresma. Fueron un alto en el camino, un parón para detenernos y tomar conciencia, crecer en la fe y reflexionar acerca de la importancia de la Palabra en el antiguo y nuevo testamento y como se hace vida en el momento presente. Con la historia de Jonás descubrimos cómo casi sin darnos cuenta nos alejamos de Dios y solo cuando salimos de nosotros mismos, somos capaces de confiar e ir a hacer lo que Dios nos pide.
El domingo de ramos se llevó a cabo la representación de la cena pascual judía para un grupo de en torno a cien personas. En primer lugar, don Jesús hizo una explicación de la cena en el Salón Parroquial. A continuación, fuimos pasando a la sala donde estaba todo preparado. Muchas personas participaron para que todo estuviera al detalle. El lugar estaba completamente recreado y preparado para la ocasión. Cada gesto nos acercó a la última cena de Jesús con sus discípulos. Fue una experiencia muy rica y muy valorada por los asistentes.
La eucaristía del día de la Familia Cristiana fue un gran momento de celebración dónde pudimos renovar nuestros votos matrimoniales y dar gracias a Dios por la vocación tan grande y tan valiosa que tenemos.
La misa de la bendición de embarazadas, en el día de La Encarnación, mostró a la comunidad el don de Dios a través de la vida y la alegría de los matrimonios tras su donación y generosidad. En los próximos meses, la parroquia se alegrará con los nacimientos. Dios se hace presente en cada pequeño.
Este curso se ha querido dar la bienvenida a los recién nacidos que acuden a la parroquia a recibir el bautismo el detalle de regalar una cruz de tela como símbolo de pertenencia a la familia cristiana. También la parroquia vela y se preocupa por los futuros matrimonios, rezando por ellos un rosario que les será entregado al inicio de los cursos de pre matrimoniales.
Así es como, cada familia, en torno al altar, cada sábado y domingo, nos hemos encontrado con Dios en la Eucaristía, realmente presente y vivo. Lugar donde nos recuerda que quiere llenarnos de paz, de misericordia y alegría. Quiere transformar nuestros matrimonios y familias para que seamos muy felices, felicísimos.